El origen de Los Quilmes, comunidad que habitó las ruinas de los Quilmes, se hunde en la bruma de la prehistoria. Hay muchas teorías al respecto, pero la más convincente es que vinieron del Norte, buscando la » tierra de la promisión «, encontrándola al norte de la provincia de Tucumán, en una de las zonas arqueológicas más ricas de nuestro país, el Valle de Yocavil o Santa María .
Recorriendo las ruinas de los Quilmes se puede notar que vivieron allí hace mucho tiempo, se obtuvieron evidencias que datan el 800 D.C. Solo con una larga estancia se consigue el profundo conocimiento de la geografía del lugar y de los ciclos climáticos de la región de la que los llegaron a ser los dueños. También es evidente que solo con una solida organización impuesta por un arraigado principio de autoridad ejercido por un jefe o una clase gobernante, puede realizarse y mantenerse tan extraordinaria obra como fue el complejo habitacional que hoy se denomina ruinas, y que llegó a contar con un centro urbano, una fortaleza también llamado Pucará, una represa con acequias y andenes de cultivo. El componente bélico no pasa desapercibido, lo que les permitió resistir más de 160 años las invasiones de los conquistadores españoles.
Las armas que usaban Los Quilmes eran hondas y flechas talladas en obsideana. Otras técnicas que narran las crónicas de los conquistadores consistían en provocar aludes de piedras que usaban en las construcciones logrando sepultarlos, o bien, cambiaban el curso del agua para evitar que sus enemigos se abastezcan.
En materia de religión, podemos decir que poseían un complejo sistema de creencias que a los misioneros cristianos les tomó mucho tiempo y esfuerzo desarraigar. Adoraban al sol, considerado fuente cósmica de energía, al relampago y al trueno que vinculaban con la lluvia fertilizadora. También a algunas criaturas de la naturaleza le conferían un valor sagrado. Tenían sacerdotes o hechiceros que oficiaban de comunicadores entre la comunidad y los dioses a los que honraban antes de las ceremonias de siembra, cosecha, recolección o caza, y rogaban por protección en los partos y por la victoria en sus batallas.
En 1664 los Quilmes fueron vencidos por los colonizadores españoles, luego de 160 años de resistencia. Los triunfantes conquistadores no se conformaron con la mera victoria, sino que quisieron dar un corte definitivo a las batallas periódicas con los calchaquíes. Afirmaban que mientras permanecieran en las montañas el problema no estaría terminado, por lo que recurrieron a un método duro usado por los Inkas, el desarraigo.
Siendo la última comunidad conquistada gracias a su resistencia, le tocó el doloroso papel de los que cierran la historia de su pueblo y de la nación calchaquí. Los sacaron de su valle y los llevaron a la costa bonaerense, donde los recluyeron en la reducción denominada Santa Cruz De Los Quilmes, origen de la actual ciudad de Quilmes. La mayoría de los desterrados murieron en el camino, por las condiciones infrahumanas a los que fueron sometidos. La minoría que llegó a la costa del río de La Plata se vio inmersa en tal profunda depresión que terminaron por extinguirse.
Esta atrapante y triste historia es que nadie que visite las ruinas de Los Quilmes, y sea correctamente asesorado, puede dejar de sentir el sobrecogedor influjo que emana, no solo la majestuosidad del paisaje, sino también, las huellas que la secular presencia humana ha dejado en la superficie, en sus entrañas y en la historia.
Ubicación de las ruinas de los quilmes:
Al noroeste de la provincia de Tucumán, en el valle calchaquí.
Actividades principales en las ruinas de los Quilmes:
- Trekking: A lo largo de las ruinas, acompañado o no por un guía que se contrata al acceder a las ruinas. Partiendo del ingreso principal, se puede llegar al otro lado de la ladera
Ruinas de los Quilmes Tucumán